A veces, incluso suenas como ella... ¿Recuerdas este lugar ¿Tienes algunos de sus recuerdos? Fue justo aquí...
Hace unos cinco mil años.
Observa mis palabras destruidas por amor.
Sangre derramada, mis entrañas que me consideran como error.
Han sufrido tanto que se hicieron compañeros del dolor.
Con la vida olvidada, pero con fuego en el corazón.
He llegado a un punto donde recordar no es una buena opción.
He querido olvidar, todo, todo, todo lo que soy.
Y es que tengo tantas cicatrices cinceladas bajo la presión.
De tener un pasado cerrado por toda mi mala acción.
Y este cuerpo cansado sólo pide perdón.
Se mantiene oculto y lamenta ser peor, odiado y no mejor.
Con cortadas en el pecho se doblega esperando a que mejore lo que lastimó.
Espera al tiempo y el tiempo le dice
Se acabó.
Todo lo que alguna vez he hecho, lo hice por ella.
Y ahora se ha ido.
Pero aún sigo aquí.
A veces, me pregunto si ella puede verme a través de tus ojos.
¿Qué pensaría ella de mí ahora?
¿Qué es lo que hago ahora si todo lo que he hecho ya no me valió?
Encontré mis letras, mi sangre.
¿Pero el amor dónde quedó?
Sé que aún me amas, me quieres, lo malo es que no te das cuenta de que me hieres.
Y mira que trato de comprender.
Y mira que las cosas las tenemos que aprender juntos.
Si juntos sé que podemos vencer.
Pero no me hagas ya más daño que no pienso ceder.
Y hoy me siento mal por odiar que hicieras lo que me restó seguridad.
Y quiero que lo escuches.
Te amo, te amo, y eso nadie lo podrá cambiar.
Y aún así, yo por ti, con mis piernas destrozadas yo corrí, tras de ti, esperando continuar, pues si tú no estás...
Anhelo mi alma rota tras el ritmo del tic tac.